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Feliz día, Lisbeth Salander

Publicado: 2010-03-08

Lizeth Rodríguez entró a la casa de su ex enamorado porque él le juró que tenía una última cosa importante que decirle. Pero cuando cerró la puerta con llave, ella se dio cuenta de su error. Él sacó un cuchillo del bolsillo de su pantalón y dijo, con una sonrisa torcida, “ninguna chica me ha abandonado y tú no serás la primera”.

 

Lizeth retrocedía sin dejar de mirarlo mientras él continuaba acercándose, cuchillo en mano. De repente ya no tenía dónde retroceder. Desesperada, buscó a tientas algo a su espalda con qué defenderse. Tocó algo caliente, se quemó un dedo, una olla pensó. Allí había algo cocinándose. Cuando él estaba ya a menos de un metro, Lizeth se volteó por unos segundos, cogió la olla con las dos manos y le arrojó el contenido. Los tallarines salieron volando y cayeron sobre el rostro del atacante, quien soltó el cuchillo y con un grito, se agarró la cara. Lizeth aprovechó para, con una patada, tirar al piso al atacante. Luego, agarró otra olla de la cocina y la arrojó contra la ventana, que se hizo añicos. Por allí podría salir…

 

Los párrafos anteriores se basan en un hecho real, pero lamentablemente, no ocurrieron así. El 7 de enero, Lizeth Rodríguez fue violada por su ex enamorado Francisco Jairo Retuerto y luego ahogada con una almohada. Tenía sólo 16 años.

 

Lizeth no era Lisbeth Salander, estamos en el Perú y no en Suecia y éste es un hecho real y no una novela. En la trilogía famosa de Stieg Larsson, “Los hombres que no amaban a las mujeres”, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” y “La reina en el palacio de las corrientes de aire”, Lisbeth lucha contra todos los hombres violentos, abusivos, violadores, injustos. Lisbeth se adelanta a los hechos, sabe cómo actuar ante lo inesperado y tiene una capacidad de reacción increíble. Lisbeth es una hacker que entra a las computadoras de quienes la quieren matar. Lisbeth lleva armas y las utiliza antes de que la ataquen. Lisbeth usa su figura frágil para engañar a sus atacantes.

 

En una Suecia que se jacta de tener una de las sociedades más justas del mundo, Lisbeth pone al desnudo los prejuicios, los abusos y la violencia en contra de las mujeres. Y ella, pequeña, casi anoréxica, desamparada, tiene que luchar con todas las armas a la mano para no sucumbir. Incluso, las ilegales. Porque vamos a ver, como dice Stieg Larrsen a lo largo de sus cientos de páginas, si la sociedad utiliza injustamente las leyes, reglas, códigos, etc. en contra de una niña (luego adolescente, luego joven, luego mujer) ¿ella qué debe hacer? ¿Cruzarse de brazos y dejar que la humillen, que la violen, que la maten?

 

En el Perú, el 2009 fueron asesinadas 276 mujeres de las cuales 135 perdieron la vida en manos de sus parejas, según el Observatorio de Criminalidad de la Fiscalía. La mayoría tenía hijos (57,8%) y por eso, 144 menores de edad quedaron huérfanos. El promedio mensual es de 12 asesinatos.

 

Entonces, Lisbeth, ¿qué hacemos? ¿Seguimos hablando de derechos de la mujer?


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instant karma

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